Un Liderazago efectivo de “dentro hacia afuera” implica el conocimiento exhaustivo de los mecanismos cerebrales que configuran nuestras fortalezas y debilidades como dirigentes, para poder detectar de igual manera las de las personas que trabajan en nuestro equipo.
Con esa base y numerosas herramientas prácticas orientadas a la implemetación de sistemas de trabajo y a la cohesión y alineación de valores, podremos construir un equipo de alto rendimiento orientado a la consecución de cualquier objetivo.