POLÍTICA Y LENGUAJE CORPORAL
En estos últimos tiempos, solo vemos noticias, incidentes y negociaciones entre diferentes fuerzas políticas en las que los políticos están continuamente siendo portada de periódicos y cabecera de Telediarios. Estos Políticos son, continuamente centro de atención de cualquier persona que esté viendo la televisión o leyendo un periódico.
Existen muchos tipos de políticos. Políticos que llevan muchos años en la profesión y Políticos que acaban de resurgir desde hace pocos años. Cualquier persona que ponga un poco de atención, puede observar como todos estos nuevos políticos están formados en comunicar verbalmente y en utilizar técnicas de comunicación muy concretas, en donde son capaces de utilizar, desde cualquier tipo de esquivas verbales ante preguntas imprevistas, hasta utilizar pausas en sus discursos para crear expectación. Todos y cada uno de ellos se han formado en diferentes técnicas de comunicación y en oratoria.
Sin embargo os propongo que hagamos un ejercicio de observación. Observemos a los políticos de reciente incorporación Albert Rivera y Pablo Iglesias. Ambos políticos son grandes comunicadores teniendo una gran formación en comunicación, de hecho podemos observar como cada uno de ellos tiene un estilo concreto de comunicación que es muy parecido al estilo de comunicación de compañeros de su propio partido. Sin embargo, observamos que estos dos políticos a pesar de ser unos grandes comunicadores de forma verbal tienen aspectos a mejorar en su comunicación no verbal. De hecho hay que recordar como en el último debate para las elecciones nacionales el nerviosismo de Albert Rivera fue noticia, viendo como en todo momento una de las manos agarraba el meñique de la otra. Igualmente un ítem muy conocido de Pablo Iglesias es una arruga central en el entrecejo llamada garra de león, la cual le da un aspecto muy irascible.
Por tanto puede observarse una gran preparación en su técnica de comunicación pero solo en la parte VERBAL, dejando algo más olvidado el lenguaje corporal, no sabiendo lo que su cuerpo expresa de manera no plenamente consciente. Por ello la gran mayoría de nuestros políticos fuerzan dos o tres gestos concretos que han aprendido y que utilizan de manera no congruente con su verbalidad, por eso, cuando la audiencia observa que el mensaje verbal dice una cosa y el lenguaje corporal otra, hace que la descodificación que los televidentes hacen inconscientemente arroje una sensación extraña que no agrada por falta de autenticidad y congruencia.
Está claro que es prácticamente imposible controlar los gestos que normalmente realizamos de modo no plenamente consciente pero si es verdad que se pueden realizar una serie de ejercicios previos para que esos gestos salgan de manera natural haciendo que nuestro mensaje y nuestros gestos sean congruentes veraces y auténticos. Esta técnica hará que nuestro público nos vea de otra manera.
Existen varios estudios científicos que demuestran que dependiendo la corporalidad que nosotros tengamos nuestros niveles de hormonas varian significativamente por lo que controlando la corporalidad de manera previa podemos hacer que nuestras hormonas sean las que necesitamos para crear una actitud mental concreta que haga que nuestra corporalidad sea congruente con nuestro mensaje.
Por lo tanto podemos hacer que la corporalidad del político que está hablando acompañe su mensaje evitando que la corporalidad sólo sea una señal del estado de ansiedad o de relajación de esa persona yendo a contracorriente con respecto a la actitud mental y al mensaje. (Estudio de Carney, Cuddy y Yap, 2010)
Por tanto nuestro equipo puede formar a todo tipo de personas que hablen al público para hacer que su cuerpo sea completamente congruente con el mensaje que quieren ofrecer de tal manera que el público vea que esta persona es veraz, congruente y sobretodo auténtica.
Artículo de Juan Manuel García López.