La Magia de la Morfopsicología (Benoît Corman)
¿En qué se basa la Morfopsicología?
La Morfopsicología se basa en una ley biológica universal: cualquier organismo vivo se adapta constantemente al entorno en el cual se desarrolla, a la búsqueda de un equilibrio. Esta ley se aplica, por supuesto, al ser humano y especialmente al rostro que es la parte del cuerpo que más rápidamente evoluciona. Por lo tanto, nuestra cara es la parte que mejor indica cómo nuestra morfología se adapta al entorno en el cual progresamos. Hoy en día, es posible observar en laboratorios cómo las células del rostro (y del cuerpo) se modifican para adaptarse al entorno psicológico de una persona. Los científicos han comprobado que si experimentamos un cambio psicológico, nuestra biología cambia. El rostro es el reflejo de todo lo que pasa por detrás de su superficie. La Morfopsicología ha hecho el recorrido opuesto: se basa en la observación de lo biológico para deducir lo psicológico. Establece cómo descodificar el funcionamiento psicológico de una persona en base a las formas de su rostro. Esta ciencia establece un método para examinar las formas de la cara y sigue un hilo conductor para interpretarlas. De forma específica, las 4 principales leyes biológicas para realizar un estudio morfopsicológico son: la ley de la Dilatación y Retracción la ley de la Tonicidad y Atonía la ley del Equilibrio y Armonía la ley de Evolución y Movimiento.
¿Por qué las formas de nuestra cara tienen un significado?
Las formas y el relieve de nuestra cara es el lugar de enfrentamiento entre las fuerzas vitales de nuestro patrimonio genético (innato) y las fuerzas de resistencia del entorno que nos rodea y nos influye (adquirido). Es la alianza o la oposición entre esas fuerzas que han formado nuestro carácter y da esa forma tan singular a nuestro rostro. Y esas fuerzas vitales procedentes de las profundidades de nuestro ser no paran de afectar el molde de nuestro rostro a lo largo de nuestra vida. Por eso el rostro no es una mosaica estática sino una superficie dinámica sensible a los movimientos interiores de nuestro inconsciente y a nuestras interacciones con el entorno.
¿Desde cuándo existe la Morfopsicología?
El esfuerzo de identificar relaciones significativas entre el aspecto físico de una persona – y en particular de su rostro – y sus rasgos habituales de carácter es muy antiguo. El tratado más antiguo de fisiognomía se atribuye a Aristóteles. El primer investigador que empezó a interpretar las formas del rostro en su conjunto siguiendo leyes biológicas contrastadas fue el doctor Louis Corman (1901-1995). Fue el creador de la Morfopsicología. Estableció la regla fundamental que biología, fisiognomía y psicología son 3 aspectos de una misma realidad. Louis Corman estudió medicina en la universidad de la Sorbona de París con profesores como Marie Curie. Fue director del Hospital psiquiátrico de Nantes (Francia) durante 40 años. Allí fundió un departamento de psiquiatría infantil. Para mejorar su comprensión de los niños con dificultades de comunicación, estudió las relaciones entre los rasgos físicos de la cara y los rasgos psicológicos. En 1937, acuño las bases la Morfopsicología cuando escribió su primer libro sobre la interpretación de los rasgos faciales “Quince lecciones de Morfopsicología”, en el cual estableció leyes generalizables a cualquier ser vivo, como es la ley fundamental de Dilatación-Retracción. Publicó más de 15 obras sobre el tema. En 1980 el Dr Louis Corman creó la Société Française de Morphopsychologie que hoy en día sigue siendo la referencia internacional para la enseñanza de la Morfopsicología y la formación de morfopsicólogos con el código deontológico “no juzgar sino comprender”.
¿Tiene una base científica? ¿Es fiable?
La Morfopsicología se define como una ciencia humana como la medicina, la psiquiatría o la psicología. No es una ciencia exacta como las matemáticas (cada ser humano y cada cara son únicos) ni una ciencia experimental como la física. Pero el método de observación utilizado se basa en leyes biológicas, aplicables a cualquier ser vivo. Como otras ciencias clínicas, se basa en la observación directa para deducir hipótesis de trabajo. De esas numerosas observaciones, se han deducido leyes que deben ser manejadas con prudencia, como en medicina, ya que los imponderables siempre pueden desempeñar un papel importante. Pero de forma general, en esa disciplina todo es contrastable y justificable. En caso de inexactitud, el morfopsicólogo puede volver a la fuente del error y corregir. Además, es también una ciencia analógica, ya que muchas deducciones se apoyan en analogías con el mundo animal o vegetal. Como complemento a las técnicas científicas, también interviene la intuición, esa facultad global que permite captar la realidad sin pasar por la reflexión. Esa intuición está “educada” por la formación de morfopsicológo, y se usa como lo hace un médico que se beneficia de su memoria intuitiva después de haber visto muchos casos. En Francia, esa disciplina se enseña en universidades.
¿Qué aplicaciones tiene la Morfopsicología? ¿Para qué sirve?
¡ Ayuda a conocerse mejor a si mismo! Si buscas la verdad sobre lo que nos condiciona, el cuerpo humano es uno de los mejores terrenos de observación y de estudio. Y dentro del cuerpo, el rostro es una mina de información. “Hay más sabiduría en tu cuerpo que en tu filosofía más profunda.” – Friedrich Nietzsche. La Morfopsicología nos permite entender porqué nos parecen difícil ciertos aspectos de la vida e identificar en qué tipos de entornos y de actividades nos sentimos más cómodos. Así ayuda a identificar con más claridad nuestro potencial, las dificultades que tenemos para sacar partido de ese potencial, conocer nuestros puntos perfectibles y, por lo tanto, las posibilidades que tenemos a nuestro alcance para sacar lo mejor de nosotros mismos. “La Morfopsicología puede dar a cualquier persona una visión de si misma que puede ayudarla mucho a conocerse y entenderse, aceptarse y realizarse.”- Dr Louis Corman Para identificar, aceptar y superar nuestros antagonismos interiores y nuestras zonas de inmadurez, la Morfopsicología facilita una base muy esclarecedora. “El que conoce a las personas es inteligente pero el que se conoce a si mismo es un sabio.” – Lao Tse ¡ Apreciar las diferencias que nos separan con los demás La Morfopsicología es una herramienta de comprensión de cómo funcionamos y de qué es lo que motiva nuestro comportamiento. Saber apreciar al otro como es, entender su forma de funcionar permite una mayor aceptación. Ayuda a ajusta nuetras demandas a lo que es posible. Estudiar la Morfopsicología permite valorar mejor las diferencias de carácter y educar nuestra sensibilidad. Es una ciencia que favorece la comunicación humana. En una situación de crisis de pareja, ayuda a esclarecer las diferencias que crean el conflicto y mejorar la comprensión del comportamiento del cónyuge. Desde la comprensión, puede volver a surgir el amor. La Morfopsicología constituye una herramienta preventiva frente a posibles conflictos que puedan surgir. En la relación padres-hijos, la Morfopsicología ayuda a los padres a tomar conciencia en que cada uno de sus hijos es único, mejorar la relación con ellos, acompañarles en el aprovechamiento de sus capacidades sabiendo cuales son las actividades más adecuados para ellos. ¡ Constituye una herramienta muy útil y práctica en muchos contextos profesionales A nivel laboral, el conocimiento de la Morfopsicología se puede aplicar en todas las profesiones en las cuales el contacto humano es importante, aunque haga una práctica rudimentaria de la Morfopsicología, respetando sus reglas más básicas. Ejemplos: RRHH: evaluar a los candidatos que presentan las mejores predisposiciones para el puesto a cubrir, no depender de las respuestas que los candidatos dan en tests psicotécnicos, anticipar mejor como una persona podrá encajar en un equipo. Managers, jefes de equipo: asignar a cada colaborador tareas que mejor se ajustan a su potencial, dar con la tecla para motivarlos y hacer que se impliquen al máximo en su trabajo. Profesionales del asesoramiento, coachs, consejeros en orientación escolar o profesional, asistentes sociales: identificar las competencias naturales de cada persona y el tipo de entorno que le permitirá dar lo mejor de sí mismo. Maestros, docentes: detectar más fácilmente el método de aprendizaje privilegiado de cada alumno y poder acompañar a cada uno en función de sus puntos fuertes y débiles. Médicos, enfermeras, psicólogos, psicoterapeutas, logopedas, fisioterapeutas, acupuntores, homeópatas, osteópatas: conocer más rápidamente y en profundidad la psicología de los pacientes, evaluar su posible impacto sobre la enfermedad diagnosticada y corroborar sus deducciones con preguntas y su observación clínica. Comerciales, atención al cliente, relaciones públicos: evitar graves errores en un primer contacto, identificar rápidamente las necesidades personales de cada cliente, construir relaciones más agradables y fecundas, convencer más eficazmente. Negociadores, abogados, mediadores, profesionales de la seguridad: evitar conflictos de antemano por poder anticipar el tipo de reacción de una persona en situaciones de estrés e imprevistos. Profesionales de la estética, peluqueros, ópticos, asesores de imagen: disponer de un soporte valioso para empatizar con sus clientes y darles consejos que encajan con los rasgos dominantes del carácter de sus clientes. Escritores, pintores, escritores, directores de cine: seleccionar los rasgos físicos que mejor se ajustan al carácter que quieren atribuir a cada protagonista de su obra.
¿Cuáles son los límites de la morfopsicología?
La Morfopsicología no pretende detectar los secretos más íntimos de la vida de una persona. Afortunadamente existe en cada uno de nosotros un jardín secreto que no se puede pisar sin nuestro consentimiento. Cuanto más diferente es la persona observada del morfopsicológo (por sexo, edad, origen étnica, carácter, tipo de experiencias, etc…), más difícil resulta para el morfopsicólogo su comprensión de la vida interior del sujeto estudiado. La detección de algunas aptitudes escapan a la Morfopsicología como la detección de aptitudes puramente intelectuales (que los tests saben evaluar mejor), el tipo de memoria privilegiada o los dones musicales. Hay factores que influencian mucho la conducta de alguien sin que se vea reflejado claramente en el rostro: la educación recibida, experiencias impactantes, la influencia del entorno social y profesional, actitudes neuróticas (que son a veces reacciones opuestas a la línea general del carácter de la persona). Cada vez que la conducta habitual de una persona resulta ser radicalmente opuesta al diagnóstico dado por un morfopsicólogo, suele haber 2 posibilidades: o la persona disimula sus debilidades (máscara que termina por caer y se confirma el análisis hecho) o una neurosis o tendencias naturales han sido reprimidas o deformadas. En ese último caso, lo importante es que una dificultad haya sido detectada y que la persona pueda identificar y aplicar el remedio más fácilmente.
¿Cómo se lleva a cabo un estudio morfopsicológico?
Para empezar, el morfopsicólogo observa y describe las diferentes partes del rostro siguiendo un protocolo de observación: empieza primero con la forma de la cara, luego los receptores sensoriales, la relación entre los receptores y el rostro, el modelado, la tonicidad, la zona dominante del rostro, los movimientos dominantes y los antagonismos. Después hace una síntesis de las distintas partes observadas. Hace siempre referencia al conjunto, como un buen traductor que se refiere al sentido general de una frase para elegir la traducción exacta de una palabra. Analiza cómo las distintas partes del “puzzle” interactúan, se combinan o se oponen entre ellas. A partir de allí, el morfopsicólogo deduce el funcionamiento y las aptitudes de la persona, a nivel intelectual (el tipo de pensamiento y de inteligencia), afectivo (las relaciones) e instintivo (el aspecto material y físico).
¿Qué tipo de conclusiones permite sacar? ¿Se pueden detectar desordenes mentales y/o cerebrales?
La Morfopsicología permite identificar las fuerzas que condicionan nuestro comportamiento y nuestras motivaciones (a nivel consciente e inconsciente). La Morfopsicología permite identificar sobre cualquier persona: – Su potencial energético, su gestión de ese potencial, su capacidad de recuperación después de un esfuerzo – El nivel de concreción de sus ideas, su nivel de dinamismo – Su forma de reaccionar frente a los estímulos del mundo exterior, su nivel de sensibilidad, de emotividad – Su forma de comunicar con los demás a nivel de ideas y de sentimientos – El tipo de entorno en el cual se siente naturalmente a gusto, el tipo de actividades de predilección, y el tipo de entorno que le exige un esfuerzo de adaptación – Su forma privilegiada para recoger y analizar las informaciones del entorno – Sus principales fuentes de motivación y de desmotivación – Sus antagonismos, fuente de conflictos interiores, pero también de creatividad si consigue canalizarlos – Sus principales miedos y obstáculos, sus puntos perfectibles – Sus puntos fuertes, sus puntos de apoyo.
¿En qué se diferencia la Morfopsicología de otros métodos de estudio de la personalidad?
La Morfopsicología es el único método que no necesita la participación activa del sujeto estudiado (salvo cuando una persona iniciada a la morfopsicología se auto-analiza); no requiere el uso de ningún tipo de entrevista previa con la persona estudiada o de tests proyectivos. Un test psicotécnico se contesta conscientemente, por lo tanto la persona estudiada puede de forma consciente o no dar respuestas que no corresponden a sus tendencias y comportamientos naturales. Un estudio morfopsicológico se puede realizar en base a fotos (de la cara y del perfil) de la persona. Un estudio morfopsicológico breve se hace de forma muy rápida, casi instantáneamente y desvela los rasgos más característicos de la persona.
¿Qué diferencias hay entre la Morfopsicología, la Fisiognomía y la Frenología?
En 1772, un tal Johan Kaspar Lavater escribió un libro que ordenó y juntó muchas observaciones que se hicieron a lo largo de los siglos sobre la relación entre el rostro y la personalidad. Con esa publicación había nacido oficialmente la Fisiognomía y la primera generación de la ciencia morfopsicológica. Hay que tomar en cuenta que en esa época no existía todavía la profesión de psiquiatra ni de psicólogo. Y la Fisiognomía tuvo mucho éxito hasta el siglo XIX. Pero su límite se encontraba en su esencia: se buscaba la relación entre un elemento del rostro y un rasgo de carácter sin tomar en cuenta la relación de los elementos entre ellos. Le faltaba la síntesis del conjunto. Por eso se reprocha a menudo a la Fisiognomía de caer fácilmente en caricaturas y tópicos como por ejemplo concluir que tener labios finos es señal de crueldad o una frente grande es señal de inteligencia. Poco tiempo después apareció la Frenología con la propuesta de otro fisiognomista, Franz Jospeh Gall. Se basaba en la forma del cráneo para determinar los rasgos del carácter y de la personalidad. Hoy en día esa teoría no tiene mucha aceptación. Luego hubo varios investigadores que dieron mucha importancia en introducir el método científico en las técnicas empíricas usadas antes. Pero se centraron mucho más en estudiar la forma del cuerpo en su conjunto que la del rostro en particular Hasta que nació oficialmente la Morfopsicología en 1937 con el Dr Corman. La diferencia fundamental radica en que la Morfopsicología no hace un análisis de las partes de la cara sino una síntesis del conjunto, el TODO siendo mayor que la suma de las PARTES. Si la Fisionomía estudia las distintas partes de la superficie del rostro, la Morfopsicología estudia la geología del rostro, identificando la presencia y la combinación de los 4 movimientos biológicos que moldean el rostro. Esa técnica da acceso a la psicología de las profundidades, identificando las fuerzas vitales que dan nacimiento al carácter. ¡Advertencia! Aprovechando que la Morfopsicología está despertando cada vez más interés hoy en día (como la grafología hace 20 años), varios libros con la denominación de “Morfopsicología” han sido publicados en los últimos años pero no siguen la metodología científica, global y dinámica que caracteriza esa ciencia. En realidad son “fisiognomistas” que hacen listas de rasgos aislados de la cara y que se atreven a atribuir un rasgo de carácter a todas las personas que presentan una misma característica facial.
¿Es determinista la Morfopsicología? ¿Las características negativas se pueden cambiar?
La Morfopsicología nos da indicaciones sobre nuestras tendencias naturales y nuestras posibilidades pero en ningún momento tiene la pretensión de predecir el futuro de las personas. Nuestro rostro no es estático, sus formas cambian. El rostro se moldea por fuerzas biológicas que son dinámicas. No paran de actuar en ningún momento aunque no somos conscientes de ello. Por eso, con el transcurso de los años y a veces de los meses, podemos notar cambios en nuestra cara y en la cara de nuestros conocidos. Un estudio morfopsicológico es un diagnóstico de una persona en un momento dado de su vida. Lo que somos en esos momentos es el resultado de muchos factores. Principalmente se considera que 3 factores entran en cuenta: Nuestra herencia biológica, que nos aporta una constitución fundamental que debemos aceptar sin poder esperar modificarla mucho. Nuestro entorno (climático, nutritivo, afectivo, educativo, social, profesional), que nos transforma progresivamente, desarrollando algunas de nuestras tendencias nativas y disminuyendo otras de forma más o menos pronunciada. Nuestro libre albedrío, más o menos desarrollado en cada uno de nosotros que nos permite elegir destinos para los cuales nuestra naturaleza no nos tenía predispuesto. La Morfopsicología nos permite identificar las fuerzas que actúan de forma inconsciente sobre nuestra conducta y usarlas para perseguir nuestros objetivos más deseados. Por lo tanto, esta ciencia no es sinónimo de petrificación sino de evolución, ya que nos permite enterarnos de si vivimos nuestro potencial y en qué áreas podemos evolucionar. El análisis morfopsicológico de las formas debe permitir hacer un balance de las fuerzas vivas de una persona para ayudarle a sacar el máximo provecho de sus tendencias favorables y compensar las fuerzas que son perturbadoras.
¿Cuándo cambia la cara de una persona, cambia su conducta?
Con el paso de los años, lo normal es que se puedan ver cambios importantes en la cara de cualquier persona. Un adolescente, un adulto, un anciano ya no presentan las formas de su niñez y su psicología también ha evolucionado. Si con los años las formas permanecen infantiles, la conducta en cierta medida permanece también infantil. Si una persona hace un gran trabajo personal para modificar su conducta habitual, se podrán observar modificaciones morfológicas que traducen los esfuerzos que han sido realizados. El medio en el cual se encuentra sumergida una persona puede afectar también las formas de la cara y por lo tanto modificar su conducta de forma crónica.
¿Qué consecuencia puede tener en el comportamiento de una persona una cirugía estética de la cara o unas secuelas debido a un accidente o una enfermedad?
Si la transformación de la cara es rechazada por la persona porque la considera como una mutilación, esa persona vivirá con un rebote estéril y su conducta general tenderá a desequilibrarse. Si la transformación es aceptada y la persona reconoce su identidad en su nueva morfología, aunque haya sido una mutilación, ese cambio puede servir de palanca para desarrollar su personalidad y evolucionar en direcciones no sospechadas antes de la modificación facial. Lo mismo pasa con el envejecimiento que puede generar un rebote o una resignación, o una aceptación serena con una elevación de la mente.